La ubicación en un barrio estupendo de Pekín, lleno de tiendas alternativas de diseño y con bares y restaurantes cerca. Merece la pena quedarse en esta zona para ver "otro Pekín", el de los jóvenes con mentalidad abierta. Equivalente al Fuencarral madrileño. El hotel es bonito, un patio estilo tradicional y habitaciones amplias y limpias. Nos ofrecieron una habitación mejor por el mismo precio al no estar ocupada. Los dueños muy amables, atentos y con buen inglés. Nice localation, perfect neighborhood, helpfull staff with good english and good rooms. We got a free upgrade.

Problemas con la calefacción, algo por lo que no destacan precisamente los hostels de Pekín.

El hotel esta en el barrio de hutones en una zona de comercios y restaurantes. La ubicacion es buena y el trato ha sido muy agradable. Es tranquilo y puedes disfrutar de una cerveza fresca en el patio de las habitaciones.

El desayuno es escaso.

Jim and Jerry son encantadores, un hotel bonito y muy autentico. se duerme MUY bien y esta al lado de la calle de Backpackers con sus tiendas y bares

Un hotel ubicado en una casa tradicional y con personal simpático y con buen inglés.

El desayuno era una broma, no había nada, tan sólo yogures y pan bimbo junto con una tostadora poco higiénica. Botes grandes de mermelada abiertos y con mala pinta.

Su ubicación y el precio. El hotel está bien, pero al tratarse de Pekín se tienen que desechar los criterios occidentales de calidad, confort e higiene: aquello es otro mundo, incluso cuando se trata de un hotel de cinco estrellas, según me manifestaron otros turistas. Con pena, de acuerdo con una mentalidad occidental, Pekín es una ciudad bastante sucia, algunos restaurantes también. La immediaciones del hotel son muy buenas: restaurantes, pubs, galerías de arte, tiendas alternativas... Una buena experiencia que Tom, encargado del hotel, siempre se encargó de que fuera así.

Su carácter tradicional.

La relación calidad-precio es muy mala. El hotel está situado en una calle peatonal muy sucia, lejos del centro, muy difícil de encontrar (ni los taxistas saben dónde está), y justo al lado de unos baños públicos. El desayuno consta sólo de café con tostadas y hay que tomarlo en un patio abierto, lo cual cuando está lloviendo o hace frío se hace muy molesto y te tienes que estar metiendo la comida en la habitación. Las habitaciones no están tan limpias como cabría esperar. Pese a que los 2 chicos que lo llevan son encantadores, no es justificable ni mucho menos el precio que se paga.